Nunca está de más que nos recuerden lo importante que es cada uno de los días de nuestra vida. Y es cierto, cada día que pasa es único e irrepetible. Jamás habrá otro igual. Para saber como vivir esos días, y aprender de nuestras experiencias, me parecía que este video no podía faltar en el blog.
sábado, 12 de febrero de 2011
lunes, 7 de febrero de 2011
EPICURO: HEDONISMO
Según Epicuro, filósofo del s. IV-III a.C., todos podemos encontrar la felicidad, y ésta se encuentra en el placer. Sin embargo, esto no resulta tan fácil. El principal problema con el que nos encontramos es que buscamos la felicidad en el lugar equivocado. ¿Por qué? porque no sabemos bien que es lo que nos hace felices. Por ejemplo, frecuentemente pensamos que la clave de la felicidad es el dinero. Cuánto más tengamos más podremos comprar, y así poseeremos más cosas y seremos por tanto, más felices. Todos sabemos que esa felicidad dura tan sólo unos segundos, y después desaparece. Y es aquí cuando Epicuro nos dice que calculemos, que pongamos en una balanza aquello que consideramos placeres y que escojamos los más intensos y duraderos y los que tienen menos consecuencias dolorosas, dejando de lado los que nos proporcionan un placer muy intenso, pero breve y cuyas consecuencias pueden ser desastrosas.
Así pues, según Epicuro los ingredientes para alcanzar la verdadera felicidad son los siguientes:
· Saber disfrutar de las cosas sencillas que nos ofrece la vida.
· Construir una actitud mental positiva.
· Cultivar la amistad: tener amigos que te acompañen siempre, que vivan contigo, que estén a tu lado en todo momento.
· Libertad (tener independencia económica).
Aquí dejo algunas de las frases de Epicuro relacionadas con esta teoría ética:
-“El placer es el bien primero. Es el comienzo de toda preferencia y de toda aversión. Es la ausencia del dolor en el cuerpo y la inquietud en el alma”.
-“¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia”.
-“El hombre que no se contenta con poco, no se contenta con nada”.
-“El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueño del mundo”.
-“La necesidad es un mal, no hay necesidad de vivir bajo el imperio de la necesidad”.
-“Los bienes son para aquellos que saben disfrutarlos”.
Epicuro de Samos.
ARISTÓTELES: EUDEMONISMO
Aristóteles afirma que los seres humanos buscan un objetivo en la vida, que consiste en hallar la felicidad. Ya en su época, este filósofo observaba que cada persona creía encontrarla en cosas muy diversas como el dinero, el sexo, el poder…etc. Sin embargo, Aristóteles creía que la clave para hallar esa felicidad se encontraba en la autorrealización (el conocimiento y la prudencia, el saber actuar en cada momento de manera correcta y conforme al contexto de la situación). Para alcanzar la felicidad, tendríamos que intentar desarrollar las virtudes, aquello que nos ayuda a vivir mejor, la virtud es lo que nos da fuerza, frente a la debilidad, que es el vicio. La virtud se encuentra en el mundo de la acción humana, entre el exceso y el defecto. Pero, ¿cuál es ese término medio? Para Aristóteles, no basta con conocer un buen modelo de conducta, sino que tenemos que aplicarlo. Primero escogemos a aquellas personas de la sociedad que puedan servirnos como modelo de actuación, después intentamos aprender de ellas su buena conducta y después lo llevamos a la práctica. Así construiremos poco a poco un modelo de conducta propio, que se ha servido del ejemplo de otras muchas personas.
Ahora bien, aquí surge nuestro problema principal: ¿quién es el modelo que debemos seguir?
Para responder a esta cuestión normalmente nos fijamos en personas famosas, que parecen ser felices. Sin embargo, ¿conocemos bien el modelo de persona que intentamos seguir? ¿Se trata de un prototipo ‘’aparentemente’’ perfecto, que luego resulta ser inalcanzable simplemente porque no es real? Muchas veces nos dejamos llevar por lo que vemos, y caemos en la trampa por ejemplo, de la publicidad. Por eso, tenemos que saber elegir bien los modelos que vamos a seguir.
Hay miles de chicas en el mundo que sufren anorexia, por intentar parecerse a mujeres como esta. ¿De verdad quieres parecerte a esa chica tan guapa de cintura delgada y perfecta? Muchos pensarán: ''lo tiene todo, seguro que es feliz''. Que no te engañen, ella es guapa sí, pero lo que tu estás viendo no es real.
Hay miles de chicas en el mundo que sufren anorexia, por intentar parecerse a mujeres como esta. ¿De verdad quieres parecerte a esa chica tan guapa de cintura delgada y perfecta? Muchos pensarán: ''lo tiene todo, seguro que es feliz''. Que no te engañen, ella es guapa sí, pero lo que tu estás viendo no es real.
SÓCRATES: INTELECTUALISMO MORAL
Para plantear el intelectualismo moral, Sócrates, parte de la relación de los siguientes conceptos:
Sabiduría = virtud = felicidad
El principio moral de esta teoría ética es que aquel que conoce el bien es imposible que sea capaz de hacer el mal. Una vez que se conoce el bien, es imposible dejar de aplicarlo. El mero hecho de conocer lo correcto hace que nos sea imposible obrar mal. El que actúa incorrectamente lo hace porque es ignorante, porque realmente no sabe qué es lo que está bien. La única razón que hay para obrar mal sería entonces la ignorancia, eso es lo que justifica las malas obras. A la larga, de los malos actos no quedarían ningunos beneficios, y aparecería el remordimiento en la conciencia.
Sócrates pretendía orientar a las personas en la búsqueda del bien y de la justicia, convencido de que la virtud puede enseñarse. Creía que todas las personas tienen dentro de su alma el conocimiento de la verdad y que tan sólo necesita ser estimulada por reflejos conscientes para darse cuenta de ella (mayéutica).
¿Es realmente posible hacer el mal sabiendo lo que está bien?
Ya sabemos cuál es la respuesta de Sócrates ante esta cuestión. Sin embargo, no todo el mundo la comparte. En el siguiente diálogo podemos ver cómo se discute este asunto, y cómo finalmente Sócrates, aportando convincentes argumentos, persuadirá a Menón.
Sócrates: ¿Hay unos que desean las cosas malas y otros que desean las cosas buenas? ¿No te parece, distinguido amigo, que todos desean las cosas buenas?
Menón: No, no me lo parece.
Sócrates: ¿Hay, entonces, quienes desean las cosas malas?
Menón: Sí.
Sócrates: ¿Pero dices que pensando que las cosas malas son buenas o que, incluso conociendo que son malas, sin embargo, las desean?
Menón: Me parece que en los dos sentidos.
Sócrates: ¿A qué llamas desear? ¿A que algo llegue a ser de uno?
Menón: A que llegue a serlo, ¿a qué si no?
Sócrates: ¿Pero pensando que las cosas malas benefician a aquel a quien le llegan o sabiendo que las cosas malas perjudican a aquel a quien se dan?
Menón: Hay quienes piensan que las cosas malas benefician, y hay quienes saben que perjudican.
Sócrates: ¿Te parece que saben que son malas las cosa malas quienes creen que las cosas malas benefician?
Menón: No, eso no me lo parece en absoluto.
Sócrates: Luego es claro que ésos no desean las cosas malas, esos que las desconcen como tales, sino que desean las que piensan que son buenas, aunque ellas son malas. Así que los que las desconcen y creen que son buenas, es evidente que desean las cosas buenas, ¿verdad?
Menón: Probablemente es así.
Sócrates: Pues ¿qué? ¿Es que los que desean las cosas malas, como dices, pensando que las cosas malas perjudican a aquel a quien llegan, saben seguro que serán perjudicados por ellas?
Menón: Necesariamente.
Sócrates: ¿Pero es que no creen que los que son perjudicados son desdichados en la medida misma en que son perjudicados?
Menón: También esto es necesario.
Sócrates: ¿Y es que a los desdichados no les va mal?
Menón: Yo creo que sí.
Sócrates: ¿Hay, entonces, alguien que quiera ser desdichado y quiera que le vaya mal?
Menón: No lo creo, Sócrates.
Sócrates: Luego no quiere nadie las cosas malas, Menón, a no ser que quiera ser él mismo malo. Pies ¿qué otra cosa es ser desdichado, sino desear las cosas malas y conseguirlas?
domingo, 6 de febrero de 2011
IMAGINE
John Lennon, al igual que muchos de nosotros, por no decir todos, también ha soñado con una utopía del mundo en que vivimos. Y es que, las injusticias, las guerras, las diferencias económicas y sociales, la pobreza y otros muchos problemas vienen ocurriendo desde siempre. Sabemos que todas estas utopías están lejos de cumplirse, pues basta con mirar a nuestro alrededor. Sin embargo, como dije con la apertura del blog, nos queda, y siempre nos quedará el derecho a soñar.
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