Cada vez quedan menos recursos en el Planeta, el aire que respiramos está contaminado por sustancias que nosotros mismos hemos enviado a la atmósfera, los animales de los cuales nos alimentamos ya no pueden vivir en sus hábitats naturales, porque hemos acabado con ellos. Muchas de las especies han desaparecido, y no ha sido por causas naturales. Los polos se derriten, el nivel del mar aumenta. ¿No nos parecen motivos suficientes para parar de una vez por todas? El proceso que conocemos como la economía de los materiales no está funcionando, y no está funcionando desde el principio. Desde el mismo momento en que el ser humano extrae los materiales, explota, destruye y tala, provocando desertización, desplazamientos de millones de personas, y lugares en los que literalmente no se puede vivir, estamos haciendo algo mal. Esto parece una razón más que de peso para intentar mejorar el sistema, pero lo cierto es que la cosa no queda ahí.
Extracción – Producción – Distribución – Consumo - Disposición
Si analizamos este proceso lineal a fondo, tal y como se ha hecho en este video, veremos que está incompleto, y presenta muchos límites, más razones para recapacitar.
Estamos destruyendo el Planeta, el lugar en el que vivimos, ¿a caso destruye uno su propia casa? ¿Por qué lo hacemos entonces con el Planeta? ¿No podemos entender que sólo tenemos uno? Un único lugar en el que vivimos todos. Para algunos, es preferible enriquecerse ahora a cualquier precio, sin importar las consecuencias. Deberíamos acabar con esto, y lo cierto es que, entre todos, se puede conseguir. Parece un proyecto utópico, casi inalcanzable, pues hay individuos como los que hemos nombrado antes, con gran poder económico, pendientes tan sólo de sus beneficios.
Pero, por otro lado, están el resto de personas que, aunque carecen de tales recursos, superan en número. Y a fin de cuentas, lo que importa son esos pequeños actos individuales, que forman el conjunto, aquellos de esas personas que luchan por que vivamos en un mundo mejor, no sólo para unos cuantos, sino para todos. Somos las marionetas de una sociedad consumista, nos manipulan para que compremos, utilicemos y desechemos, para que sigamos alimentando la flechita. Ha llegado el momento de decir basta, el cambio es posible y entre todos, podemos conseguirlo.